Patricia A. Miller

Cuando Mª Jesús, de la Librería Rodríguez de la Fuente, me propuso ir a Priego de Córdoba a hacer una presentación de Cuando te enamores del viento con el Club de Lectura Mente Abierta tuve mis dudas. Tenía que cuadrar fechas después de las vacaciones, no sabía si podría cogerme un día en el trabajo para cubrir las casi cinco horas de viaje hasta allí… En fin, que se tenían que dar una serie de factores importantes para que pudiera aceptar. Ganas tenía un montón y, para colmo, era mi aniversario de boda con el señor Miller y nos venía muy bien una escapadita los dos solos. Había que conseguirlo como fuera.

Y lo conseguí. Está visto que cuando las cosas tienen que suceder, suceden, e ir a Priego de Córdoba estaba escrito en mi destino como escritora.

Ni que decir tiene que Priego es un lugar precioso, donde se come de lujo (un olé por el restaurante Zyrah y su huevo a baja temperatura), te tratan de lujo (gracias por todo Hospedería San Francisco) y, en verano, hace un calor del demonio, aunque esto último se salva bien con una cervecita bien fría y un plato de jamón del bueno. Pero no estoy contándoos esto para que conozcáis mi experiencia turística y gastronómica por Priego. Os lo cuento porque quiero que sepáis cómo me sentí en estas I Jornadas Conociendo Autores.

Una cosa es encontrarte online con algunas de las chicas del club. Eso pasó en la lectura conjunta de Algo Contigo y ya me parecieron encantadoras, cercanas y con esa amabilidad que destilan las andaluzas, pero verlas en persona… En persona son mucho mejor.

Con Mª Jesús y Verónica a la cabeza, me acogieron con tanto cariño que aún hoy, dos días después de la presentación, me dura la resaca literaria (y no me refiero a los gintonics que nos bebimos después jajaja). Hablamos de libros, sí, hablamos de los Gallagher, pero también de cómo me siento cuando escribo, de qué cosas me inspiran, de cómo es estar sola ante la página en blanco, de los momentos duros, de las personas que hay a mi alrededor, de lo importante que es tener apoyos y de lo fundamental que es la comunidad lectora para una escritora como yo. Hablamos de personajes y personalidades, de documentación y escenarios, de sueños y aspiraciones, porque sí, yo también tengo de eso, como todo el mundo, y ver uno de mis libros en la pequeña o en la gran pantalla es un sueño que me gustaría ver cumplido algún día (gracias Vilma por hacer la pregunta. Ya sabes: ojalá)

Cuando la presentación y las firmas acabaron, trasladamos la tertulia a la terraza del Morales, ese bar en el que he comido, desayunado y cenado como en mi casa (o mejor jajajaja) y allí, a la fresca, dejé de ser «la escritora» para convertirme en una más, en la chica que hace manualidades, que le gusta el ganchillo, que presume de hijo, que tiene una opinión propia de deportes, política o religión, que no teme hablar de sus problemas porque, al final, todas tenemos lo nuestro a cuestas.

Fue simplemente genial.

A Trini, Eva, Mª Carmen, Vilma, Rocío, Erika, Sandra…, a las que estuvisteis presentes, a las que lo visteis online, a las que encargasteis vuestros libros para tenerlos firmados, pero, sobre todo, a vosotras, Mª Jesús y Verónica, GRACIAS DE TODO CORAZÓN. He hecho muchas presentaciones en estos años, pero, sin duda, Priego se pone a la cabeza de todas. Ha sido un honor.

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

En la GALERÍA DE IMÁGENES os dejo algunas de las fotos que nos hicimos durante la presentación (las del «turisteo» y las del después me las guardo para mí jijiji). Espero que os gusten.

Un beso muy grande y gracias por leerme.

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